Si ha podido leer nuestra noticia “¿Cómo debería ser un suelo sano?” sabrá qué características hacen que un suelo esté en buen estado; si no, le recomendamos que le eche un vistazo antes de leer ésta. Una vez sabido esto, ¿qué indicadores pueden ayudarnos a medirlo?
Para tener una idea general del estado de salud de un suelo debemos medir propiedades físicas como la textura, la estructura, la conductividad hidráulica o la capacidad de retención de agua, propiedades químicas como el contenido de materia orgánica, el pH o la conductividad eléctrica y propiedades biológicas como la biomasa microbiana, la respiración o la biodiversidad del suelo. Para estudiar algunos de estos indicadores es necesario realizar análisis de muestras en el laboratorio, pero la mayoría son factores cualitativos que todo el mundo puede identificar fàcilmente.
Análisis visual
En primer lugar, podemos analizar un corte vertical del suelo en cuestión para ver:
- La cobertura de material orgánico seco. Un equilibrio entre una buena cobertura y un cierto grado de descomposición de la materia orgánica es indicador de suelo sano.
- La abundancia de raíces de diferentes tamaños y creciendo en diferentes direcciones.
- El color, debiendo ser más oscuro en superficie y disminuir de intensidad con la profundidad, a medida que también disminuye la proporción de materia orgánica.
- La presencia o ausencia de macroorganismos edáficos como gusanos, insectos y otros artrópodos. Una buena cantidad de éstos es sintomática de una buena salud del suelo que estamos mirando.
- Agregados yporos de diferentes tamaños. Un suelo sin agregados y con una estructura amorfa es un suelo sin poros ni ventilación. Por tanto, es importante tener una buena cantidad de agregados estables.
Prueba de penetrabilidad
Clavando un cuchillo o machete en el suelo podemos saber qué resistencia física opondrá al agua, las raíces y la diversidad de organismos edáficos. En un suelo sano y húmedo, debería poder hundirse el cuchillo fácilmente más de 15 cm sin aplicar una fuerza excesiva.
Prueba de infiltración
Para saber qué capacidad de absorción de agua tendrá el suelo ya qué velocidad lo aplicará, es necesario realizar una prueba de infiltración. Para ello, hundimos 3-5 cm un cilindro metálico abierto por ambos extremos y lo llenamos con una cantidad determinada de agua. El tiempo que tarde ésta en escolarizarse nos indicará si el suelo tiene mejor o peor permeabilidad y si el agua se infiltrará más o menos rápidamente.
Prueba de estabilidad de los agregados
Hemos dicho que un suelo sano debe tener una buena cantidad de agregados -agrupaciones de partículas de arenas, limos o arcillas- y que éstos sean estables. ¿Cómo comprobar su estabilidad? Muy fácil. Ponemos una muestra de suelo seco en un vaso lleno de agua. Si en menos de 5 minutos se han deshecho los bloques o agregados que tenía anteriormente, éstos eran inestables. En cambio, en un suelo sano estos pueden mantenerse unidos bajo el agua durante varios días.