Es necesario impulsar modelos que equilibren las necesidades del sector agrícola, la naturaleza y la adaptación a la sequía o al aumento de las temperaturas. El modelo regenerativo es un muy buen ejemplo, ya que prioriza técnicas que se centran en recuperar la salud del suelo. La ciencia ya ha demostrado que un suelo más sano para retener más carbono atmosférico y absorber más agua, por ejemplo. Pero, ¿es rentable este tipo de agricultura? Los primeros resultados del proyecto RegeneraCat, liderado por el CREAF y gestionado por la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación (AGAUR) que financia el Fondo Climático del Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, muestran que, al contrario de lo que podría pensarse, después de unos años iniciales y una vez recuperada la salud del suelo, el modelo regenerativo puede producir la misma cantidad de alimentos que el convencional y hacerlo con un coste similar o, incluso en algunos casos, de forma más barata, por ejemplo, el caso de la producción de calabacines en la huerta de VerdCamp Fruits, ha registrado un ahorro de más del 30% en la finca regenerativa..
Los datos se han obtenido comparando durante todo un año las cuatro fincas regenerativas del proyecto RegeneraCat, todas ellas en Cataluña y cada una en una provincia distinta, frente a fincas homólogas que practican una agricultura convencional y todavía emplean pesticidas, fertilizantes químicos y maquinaria pesada para labrar. Además, el equipo también ha comparado vacas de pasto bajo dos escenarios: las que se alimentan directamente en el pasto con aquellas que comen balas de hierba seca. Para calcularlo, tanto el coste como la producción, se ha evaluado un alimento diferente en cada finca: en la huerta de Verdcamp Fruits se han escogido los calabacines; en los frutales de Pomona Fruits, las peras; en Planeses, la leche de estas vacas de pasto, y la uva en los viñedos de Família Torres.
